Para ver los requisitos mínimos (con los que puede funcionar), o recomendados (para que pueda funcionar cómodamente con una buena configuración gráfica), de un videojuego, puedes hacerlo en la web oficial del juego, en su desarrollador catálogo e incluso en las tiendas de videojuegos donde se especifican. Por ejemplo en Steam.
En caso de que hayas comprado el videojuego físicamente, en lugar de en formato virtual, los requisitos generalmente se encuentran en el manual incluido o en el propio estuche en la parte posterior.
¿Cómo saber si la tarjeta de video está bien?
3DMark es sin duda el benchmark más conocido para medir el rendimiento de una tarjeta gráfica, y nos servirá no solo para ver si funciona sino también para señalarlo y comprobar si funciona correctamente. Además, se pueden utilizar muchas otras pruebas diferentes, como Unigine Heaven and Valley o Passmark PerformanceTest. Finalmente, es recomendable consultar algunas páginas de referencia y especializadas, donde se comparan y presentan los resultados de diferentes tarjetas gráficas en pruebas realizadas por expertos.
Simplemente presione la tecla de Windows + G y observe el widget de rendimiento que ahora debería tener, además de CPU, GPU y RAM, una sección con FPS. Puede monitorear el FPS de un juego abierto en tiempo real desde este widget de rendimiento.
Interpretar los requisitos para los juegos de PC se ha vuelto un poco complicado
Y un gran problema. La gran cantidad de opciones gráficas que puede incluir un juego, la resolución que utilizaremos y otras cuestiones como la propia optimización o la API que utiliza cada juego pueden acabar impactando notablemente en el rendimiento y, en muchos casos, en el cumplimiento de los requisitos anunciados. , acaban teniendo un mero referente poco fiable.
¿Cómo sé si mi PC puede jugar?
En Windows 10 u 11, para averiguar qué hardware vino con su PC, debe ir a Configuración, luego Acerca de o Sistema > Acerca de. Verá los componentes principales, los que requieren los juegos de PC para ejecutarse. CPU, RAM, espacio disponible, etc.
Si no cumplimos con los requisitos mínimos para un juego pero nos quedamos muy cerca, en la mayoría de los casos no tendremos que preocuparnos. En cambio, si las respetamos y jugamos en resoluciones inferiores a 1080p, podemos aumentar la calidad gráfica y disfrutar de una mayor fluidez.